26 diciembre, 2007

Cuba: Socialismo sin inventos




Un periódico digital latinoamericano publicó recientemente una entrevista que habla de “reinventar el socialismo en Cuba”. La forma en que se enfoca el contenido tal parece que lo “inventado hasta aquí” en la mayor isla de las antillas, caducó. Los que hemos contribuido a la obra revolucionaria nacida a mediados del siglo pasado en nuestro país no compartimos el concepto. El socialismo es creación y no invento.

“Reinventar el Socialismo”: Pienso que el término pudiera no estar bien empleado. Los cubanos llegamos al socialismo al atravesar distintas etapas de luchas emancipadoras: “El poder revolucionario heredó una situación económica profundamente resquebrajada por los desequilibrios de las actividades especulativas debido al régimen neocolonial de Batista. El panorama heredado de la dictadura anterior presentaba un país con las reservas monetarias casi agotadas, una estructura económica agrícola, además de una alta desocupación en el campo incluso, agricultura latifundista y extensiva, Estados Unidos disponía de un control absoluto sobre la industria exportadora del azúcar y sobre 1 millón 200 mil hectáreas de tierra, además los grupos financieros norteamericanos disponían de la energía eléctrica y parte de la industria láctea, del aprovisionamiento del combustible y del crédito bancario” El socialismo tenía que ser la respuesta ante este panorama, unido a la insalubridad y el agudo analfabetismo. También existió la privación de todo tipo de negociación con los famosos dueños del capital, oriundos del norte. Cuba antes de 1959 fue una colonia de Estados Unidos.

Desde abril de 1961 los acontecimientos del diferendo Cuba-EE.UU se multiplicaron muy rápidos: con la invasión militar por “Bahía de Cochino” que terminó con una gran derrota del imperialismo en América, pasando por ataques piratas, sabotajes a la economía, intentos de asesinato de los principales dirigentes, ilegales trasmisiones de radio y TV, hasta mantenerse en la actualidad una constante conspiración, con un plan secreto de la actual administración para desaparecer el ejemplo de Cuba. Esas ansias de apoderase de la patria de Martí datan de 200 años atrás.

El proyecto social de la isla del caribe es humanista. El socialismo en Cuba es una obra de arte de millones de pintores. No se inventó arbitrariamente, nació y se creó frente al infortunio de las masas, que es muy distinto. Los colores que teníamos en aquel momento son los mismos de ahora: azules, rojos y blancos, ¿si hay que retocarlos? ¡No lo dudamos! Pero eso nos corresponde a nosotros los cubanos. La revolución es nuestra obra.



El 21 de diciembre de 2007 en Cienfuegos durante la reunión de Petrocaribe, el Presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías le hizo un piropo a esa obra con solo media cuartilla y unas 673 letras: “La Revolución Cubana. ¡Cuánto nos ha dado Cuba a los pueblos del Sur, del mundo, de todo el mundo, no solo de América Latina, en todos estos años, ¡medio siglo! La primera derrota militar del imperialismo norteamericano en Playa Girón; el ejemplo increíble de dignidad de todo un pueblo durante la crisis de los misiles en 1962; la épica del Che Guevara en el Congo, en Bolivia; las misiones de los médicos internacionalistas; las hazañas, casi sobrehumanas, de sus deportistas; el apoyo incondicional al Viet Nam durante su guerra de liberación contra el imperialismo norteamericano; la solidaridad y la entrega de sus soldados en la lucha contra el régimen racista de Sudáfrica. Todo eso y mucho más nos ha dado este faro de la dignidad de todos, que es la Cuba de Fidel Castro. A ella quiero rendir tributo y pido que rindamos tributo.”

Nos llena de orgullo tales honores de un amigo, de un hermano, y que justamente, lleguen ahora cuando algunos hablan de “reinventar el socialismo en Cuba” a través de tratados teóricos y filosóficos que lejos de ayudar, enturbian las mentes de unos, y solo consiguen la incertidumbre en otros.

En la mayor de las antilla no hay que “reinventar” y menos dudar si existe o no democracia. Eso sería como “matar la gallina de los huevos de oro” cuando sus posturas se reparten por el continente en forma de solidaridad como el mejor combustible, porque es el capital humano lo más hermoso y valedero del Socialismo Cubano, presto para fundar y unirse con otros pueblos.
Si mis conciudadanos pueden estudiar la carrera que deseen y hacerse hasta doctores sin pagar un solo centavo: ¡eso es libertad! Vine al mudo en mayo de 1959, tengo casi los mismos años de la revolución, y sé, que mi país ha hecho lo imposible por el bienestar de su gente. Pero siempre con una bota encima de “siete leguas” que NO permite desarrollar y crear valores materiales. Pero la médula espiritual que se ha forjado hoy, es objeto de temor del propio imperio, que ve en Cuba, mucha luz, y trata de repetir la fabula del sapo y la luciérnaga con un pueblo que merece toda la gloria. Envidia y miedo al “Calibán del Caribe” es el fantasma que recorre el mundo: ¡Esa es la verdad! parafraseando al Presidente Venezolano, hijo de Bolívar, cuando nos identifica con toda certeza como calibanes.
En mi país ¡SI hay democracia! Aquí nadie deja de ser atendido cuando enferma, ni se le pregunta si tiene seguro médico o dinero para cambiarle el corazón si es necesario a alguien. Si la vida es lo más importante de los seres humanos, y por ella ha luchado, lucha el gobierno y el pueblo de Cuba desde hace cerca de 50 años bajo una presión foránea descomunal originada en el norte revuelto y brutal… ¿Por qué vamos a reinventar el socialismo en Cuba?
En mi país hace falta en todo caso-ajustándolo a este contexto- el planteamiento del profesor cubano Manuel Calviño, en uno de sus libros : “redefinir, reestructurar, combinar modos originales no solo objetos o ideas, sino también proyectos, experiencias”. Y mucho más: que el pensamiento universitario en Cuba energice la creatividad como fuerza dinámica capaz de mantener la buena salud de un sistema hecho a la medida del cubano sin recetas foráneas.
Los cubanos no vivimos en una sociedad perfecta, pero sabemos que es superior a la que ostentan otros y nos quieren imponer desde el norte. Tenemos avances que no se pueden tapar con un dedo y al propio tiempo debemos repasar cada día la “Autocrítica de Cuba” hecha por Fidel en sus reflexiones cuando llamó a los cubanos a quitarnos de encima las insuficiencias: “Hoy se ha masificado la Educación Superior, que comenzó con los médicos y educadores, continuó con los trabajadores sociales, los de las ciencias informáticas, los instructores de arte, la universalización de los estudios universitarios para gran número de carreras. Hay que hacer trabajar las células del cerebro si se desea formar conciencia, tan necesaria en la complejidad del mundo actual” .
De esta forma el tributo, el piropo que Hugo Chávez Frías le hizo a nuestra isla de la libertad y su revolución en Cienfuegos, será eterno. El socialismo cubano seguirá forjándose sin inventos.

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