11 enero, 2007

Fidel Castro invade con sus ejércitos…

Por lic. Carlos Rafael Diéguez. B


En los últimos treinta años numerosos hijos de Cuba han viajado a recónditos puntos de la geografía mundial a enseñar a leer y escribir. Muchos de esos maestros son espirituanos, conocen de los parajes de Centro América, de los Andes o los Kimbos Angolanos. Cuanta razón tenía José Martí.

Cuba es hoy una Potencia Mundial en la educación. En 1959, el analfabetismo en las áreas rurales de nuestro país era del 40 por ciento. En 2006, la UNESCO premió a la mayor Isla de las Antillas por nuestro Programa Internacional de Alfabetización Yo si puedo.
El 22 de diciembre de 1961, la Revolución concluyó la campaña de alfabetización. Casi un millón de cubanos aprendió a leer y a escribir, muchos de nuestros compatriotas en intricados montes y áreas rurales vieron por primera ves un maestro.
¿Quiénes fueron los autores de aquella hazaña? los números hablan por si solos, los protagonistas fueron 268 mil cuatrocientos veinte voluntarios -maestros, jóvenes recién graduados, estudiantes de secundaria básica y preuniversitario- más de la mitad de los brigadistas- eran mujeres; 100.000 jóvenes de entre 10 y 19 años.
De esta manera se levantaban las bases que darían origen a los médicos, hospitales y escuelas de medicina que hoy Cuba comparte con el mundo. Estos son los ejércitos de Fidel. Los que enseñan a leer y escribir por el mundo. Soldados de la vida. Martí siempre lo soñó.
En el año que acaba de terminar la UNESCO otorgó también a nuestro país el Premio de Alfabetización Rey Sejong por “la labor dirigida al progreso de las posibilidades individuales de las personas y del potencial de la sociedad con la utilización del método cubano de alfabetización… en más de 15 países.” Otros países fueron condecorados por su trabajo interno de alfabetización, el Instituto Pedagógico Latinoamericano y del Caribe de Cuba, el único premio por ayudar a otros países. Cuanta razón tenía nuestro apóstol.


El método cubano “Yo sí puedo”, coordinado con la Revolución bolivariana de Venezuela, erradicó el analfabetismo, al enseñar a leer y escribir a 1,5 millones de venezolanos en dos años. En Ecuador varios alcaldes indígenas adoptan el método.
Bolivia, con el apoyo de Cuba y Venezuela, erradicará el analfabetismo para el año 2008. Tanto en las áreas urbanas como en las rurales, los pueblos Aymará y Quechua están aprendiendo a leer y a escribir en sus propios idiomas.
En la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados se conoció que 2,3 millones de personas de 15 países, entre ellos México y Nueva Zelanda, están aprendiendo con el sistema cubano Yo si puedo.
Recientemente el sitio Rebelión informaba que Gambia, Nigeria, Granada, San Cristóbal y Nevis, y la ciudad española de Sevilla, han pedido a Cuba el envío de asesores para comenzar a aplicar el método.
Que gran diferencia. El gobierno de Busch gasta millones y millones para matar en las guerras de Iraq y Afganistán. Cuba, sus maestros y las ideas de Fidel permiten que los pueblos del mundo aprendan a leer y a escribir. Así los pobres de la tierra, otrora olvidados, comienzan a ser mas libres y se desatan de la ignorancia y de la centenaria explotación que han sido sometidos.
Fidel invade con sus Ejércitos Martianos la ignorancia. Nuestro apóstol escribió certeramente en el siglo X1X ´´ Los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen: y la pelea del mundo viene hacer la de la dualidad hindú: bien contra mal.´´

1 comentario:

Carlos Rafael dijo...

Ciudad de SANCTI SPIRITUS, 16 de enero de 2007

Orlando. Son increíbles los datos que me mandas, no se, parece que estas como bravo… ¿será que te enteraste de la moneda única que habrá en América, al estilo del Euro, que ya anunció Chávez? o NO te gustó la ceremonia india y las palabras de Correa anunciando una sola nación en el continente? Esa es una idea de Bolívar. Si supieras… a mi me gusta y así a lo mejor podemos tomarnos un café juntos o degustar algún vino. Ah, ya se, lo que te tiene enfadado, seguro, es que Posada Carriles se acabó de embarcar, el siempre estuvo en un barco, aunque tu siempre me has contado que estas en contra de los actos de Posada…y eso del socialismo en América es un notición ?. Va a tener Busch que traer las tropas de Irak, se le ha complicado el juego, en su propio patio, a lo mejor manda a rodear de portaaviones al continente. Ahora ya no son solo los ejércitos de Fidel los que invaden, están locos los indios de alegría, no es fácil la jugada entre flechas y pelotas.

El socio Saúl es terrorista y tú Orlando esas prácticas las rechazas. Creo que un hombre de tus condiciones humanas no debe de meter la mano en la candela por rescatar el honor de alguien que no conoce ni el significado de esa palabra.

Sin embargo estoy de acuerdo con lo del deporte, es así como tu dices, siempre los yanquis han querido y han tenido cubanos en sus equipos, porque somos buenos, tanto en la política como en la salud, los maestros, infinidades de profesionales de la isla anda por allá y si en el deporte de las pelotas, sabes que están bien puestas, y a los puños le metemos un piñazo, a sansón melena, y con el bate en la mano, los jonrones, son a profundidad.

Supongamos que ese coqueteo existió entre aquella representación del Partido comunista y los gobiernos de turno, es como tu Directorio y tu mismo que vas a la casa blanca y coqueteas con la Condolesa, son etapas y contextos…esos mismos hombres que tu mencionas los cubanos de verdad los recordamos con afecto.

Estoy de acuerdo con otras cosas, pero tu sabes quien jugaba pelota y NO, quien juega y la millonada que pagan, por estar en el deporte profesional. El clásico fue la puntilla, se desmoronó el mito…Si tu supieras la historia de Mirtha, la mamá de Tony Guerrero, no se si tu sabes que ella, se casó con un cubano pelotero de grandes ligas, allá se accidentó, esos fue en los años 50, para ella poder viajar a EE UU tuvieron que hacer una colecta, así todo llegó tarde, porque es verdad que hemos tenido excelentes peloteros, pero han sido explotados. ¿Y tú no juegas a la pelota? Seguro que te gusta.

Dicen que los yanquis cuando pierden un juego y están derrotados lloran y se ponen rabiosos. Aquí siempre ha habido buenos lanzadores, la tiran por ahí por el centro, pero después del 59 es cuando de verdad han ganado medallas los cubanos. Yo estaba loco por ver el juego de boltimor, pero por esos días yo estaba metido en mil líos. Pero vi el clásico, muy bueno. Esos Datos del deporte que tu hablas son una sección de humor negro, pero es bueno reír

Bien, supongamos que yo este de acuerdo con todo tu elegante informe, lleno de datos y fuentes, parece que llevas 15 días haciéndolo-sin embargo yo en apenas diez minutos te he preparado esta epístola, esta palabrita jode en el norte-

Lo de antes del 59 ni tu ni yo existíamos, el comunismo y el cristianismo son las dos cosas que más se parecen. Pero te advierto, los cubanos tenemos una triste historia con los gobernantes y secuaces y marines de ese país donde tu eres ya nacionalizado, hijo de el gigante de siete leguas y NO te critico, millones de cubanos viven allá, como también miles vienen aquí. Tú eres martiano, me lo has demostrado, estarás de acuerdo que son dos razas los que odian y aman. Orlando ¿de que raza tú eres?

Estoy de acuerdo con muchas cosas que me escribes en oportunidades, en esta ocasión igual. Tengo que discrepar contigo. Los datos de la mortalidad infantil son infames y los trabajadores que habla el colega histórico que fue a entrevistar a Fidel es verdad…pero son los que vio trabajando, los que tenían empleo. No escribió nada Matthews de la pobreza y de los sin trabajos.

Te he dicho en más de oportunidad que Cuba no vive en una sociedad perfecta, yo mismo he tenido mis discrepancias, y los cubanos cuando no, nos gusta una cosa arremetemos contra ella. Pero no con mentira, que como sabes lo que hace triunfar es la verdad, y la verdad es una sola y esa ni es capitalista ni es comunista, es solo eso, verdad y yo te digo sinceramente, cuento como todo hombre que se respete con los estatutos de la vida, los que me regulan y me autorregulan (por cierto no se nada de tus estatutos ) se en quien puedo confiar y quien no, una cosa es la nación, la cubanía, la identidad, la ética, la moral, otra cosa es creer que la razón esta de un solo lado.


Este es un trabajo de un colega, dime tu opinión, como cubano, porque este fenómeno que se explica aquí es la base del famoso conflicto y Fidel, que es mi ídolo, por el cual lucho y a quien creo NO es culpable del odio que se le achaca, ¿Quién tiró la primera piedra Orlando ? La historia que vas a leer ahora es digna de un guión de cine, si lo pagan bien, lo hago, que sea el pago en efectivo y USD americanos y la premier la discutimos con tu el Directorio,
Jefferson Caffery: el íntimo del coronel
Joaquín G. Santana
El 18 de diciembre de 1933 desembarcó en La Habana, como representante personal del presidente Franklin D. Roosevelt y Embajador de los Estados Unidos, Jefferson Caffery, quien llegaba a Cuba con una misión esencial: continuar con renovados bríos la obra de su antecesor, Sumner Wells, fracasado en el intento de hacer dimitir al presidente Ramón Grau San Martín.
A su llegada Caffery declaró:
"La diplomacia hoy en día, tal como yo la interpreto, consiste fundamentalmente en obtener cooperación con el capital norteamericano".
Con 48 años de edad el Enviado había comenzado a desempeñarse como diplomático desde los 25. Habiendo visitado Persia en 1916, más tarde, cuando concluyó la Primera Guerra Mundial, el presidente Wilson lo envió a
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París junto a un grupo de pacificadores. Beneficiado por un expediente que se abultaba gracias a su experiencia en embajadas estadounidenses del Salvador (1926/1928) y
Colombia (1928/1933), el recién llegado, reconocido bisexual (condición que al hacerse pública en la isla le granjeó la animadversión del machismo cubano), llegaba dispuesto a trabajar incansablemente, como era su estilo, para conseguir el objetivo de su presencia entre cubanos.
Para ello, con más energía que Welles, debía movilizar a los aliados criollos de la oligarquía insular y el partido fascista ABC, estimulando, al mismo tiempo, al sector derechista de la administración cubana.
A estas alturas la pequeña neocolonia norteamericana en el Caribe enfrentaba un virtual aislamiento diplomático. Solo México, Panamá, Perú, Uruguay y España, habían establecido y sostenido relaciones diplomáticas con el gobierno de Grau San Martín.
En enero de 1934, sin embargo, los acontecimientos se precipitaron.
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El 14 de ese mes y año el gobierno, a través de su Secretario de Gobernación, Antonio Guiteras, se apoderó de la Compañía Cubana de Electricidad, propiedad de los yanquis.
Batista, convencido de que Roosevelt jamás reconocería el gobierno de Grau, y alentado por Caffery, se decidió a negociar un acuerdo con Mendieta para derribar a Grau. (1)
El 11 de ese mes Caffery se entrevistó con el presidente Grau y el coronel Batista, jefe del ejército. Luego notificó al Departamento de Estado que Grau se había negado a dimitir.
El 13 Batista, impaciente frente a las dilaciones de Mendieta, su candidato para sustituir a Grau, le hizo saber a Caffery que forzaría al Presidente a renunciar y si este
persistía en su actitud promovería al prácticamente desconocido Manuel Costales Latatú a la primera magistratura.
Batista quita y pone Presidentes

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Durante los días 13 y 14 de enero de 1934 Batista convocó y presidió una reunión en el más importante campamento militar del país (Columbia) en La Habana, con la Junta de Jefes de Distritos Militares y de los mandos de la Marina de Guerra y otras unidades.
El comandante de la marina Antonio Santana, uno de los jefes de ese cuerpo, manifestó posteriormente:
"Batista citó a la Junta Militar (…) Propuso destituir a Garu y nombrar a Mendieta. Yo me opuse. Señalé que era una puñalada trapera. Los únicos que me secundaron fueron los comandantes Marchena y Pablo Rodríguez. Nuestra actitud obligó a Batista a suspender la sesión.
"Se continuó la sesión al día siguiente. Batista insistió en sus propuestas. Cuando yo volví a oponerme los
batistianos pidieron que yo explicara mi actitud y les dije: "Mendieta es de la misma calaña de Machado". Marchena,
en esta segunda reunión, no nos secundó. Pablo se opuso, otra vez, a Batista.

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"La Junta Militar acordó, con nuestros votos en contra, destituir a Grau y que Batista convocase a la Junta Revolucionaria de Columbia.
"Pablo y yo corrimos a informar a Guiteras (radical Ministro de Gobernación del mandato de Grau. JS) lo que se había acordado". (2)
Horas después se reunió una parte de la Junta Revolucionaria de Columbia con la presencia de Batista y sus lugartenientes, Ramón Grau San Martín y varios miembros del Gabinete. Estuvieron ausentes Guiteras, Santana, Pablo Rodríguez, Mario Alfonso Hernández y otros más. Batista y los suyos exigieron la renuncia de Grau.
Después de reunirse en el Palacio Presidencial con algunos de sus seguidores, el Presidente presentó su dimisión en la madrugada del 15 de enero de 1934.
Ante esta situación, y aún desde antes, Caffery encaminó sus pasos a formar una coalición entre las fuerzas reaccionarias tradicionales y las nuevas, ambas partidarias del derrocamiento del gobierno Grau-Guiteras, contando con
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Batista y con Mendieta como elementos claves para esta maniobra.
Pero el propósito del diplomático estadounidense no se cumplió en toda su extensión inicialmente. Sucedió que como consecuencia de la violenta oposición que los oficiales de la Marina de Guerra y otros miembros de la Junta de Columbia hicieron al nombramiento de Mendieta, se decidió designar Presidente al ingeniero Carlos Hevia, graduado de la Academia Naval de los Estados Unidos y uno de los nacional-reformistas de tendencia más moderada en el país.
Pero a pesar del respaldo de Batista y de Mendieta (y aunque Caffery respondió positivamente su solicitud de apoyo contra Guiteras) Hevia solo consiguió sostenerse en el cargo hasta el 17 de enero. Ese día, presionados por Batista, los mandos de la Marina de Guerra retiraron su oposición a Mendieta. Y al perder la confianza de los "nacionalistas", Hevia renunció.
Servilismo y represión
El 18 de enero se instaló la nueva Administración. Cinco días después fue reconocida por los Estados Unidos.
Pero, el Golpe de Estado no se consumó sin resistencia. El propio 15 de enero de 1934, las tropas de Batista masacraron en el parque Zayas, frente al Palacio Presidencial, a una multitud inerme que protestaba contra el zarpazo usurpador. El saldo final fue de varios muertos y más de 15 heridos.
Al día siguiente el Ejército batistiano ocupó 31 ayuntamientos en la provincia de Oriente y destituyó a los
alcaldes adictos a Guiteras. Dos destructores norteamericanos adicionales partieron raudos, desde puertos norteamericanos, rumbo a La Habana.
Guiteras, por su parte, inmediatamente después de haberse producido el Golpe militar, intentó afrontarlo y trató de organizar una huelga general que devino parcial. Después de este primer fracaso, se sumergió en la clandestinidad y se dio a la tarea de instrumentar la lucha armada y la revolución
contra el gobierno "parteado por Caffery, dirigido por Batista y representado por Mendieta. (3)
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El 20 de enero, en declaraciones al periódico Luz, de La Habana, Guiteras condenó el Golpe y denunció el papel reaccionario de Batista y los jefes de distritos militares, tanto como la participación de Caffery, representante del imperialismo, junto a figuras de la reacción nacional; también llamó a los soldados y marinos a pasarse al lado del pueblo y advirtió acerca de las tareas de la primera etapa de
un verdadero proceso revolucionario. A la vez subrayó la cercanía y la condición inevitable de la revolución social.
Proclamó, además, la primacía de los derechos de los obreros y campesinos, y convocó a la lucha armada.
Su contrapartida, la oligarquía criolla, compartió la victoria de Caffery y Batista en la conjura antigrausista, y lo hizo público mediante declaraciones de sus entidades corporativas. A esto se agregó un alud de comentarios favorables en la prensa burguesa.
Finalmente Ramón Grau San Martín embarcó rumbo a México, exiliado, el 20 de enero de 1934. Al abordar el vapor Orizaba fue aclamado por una gran multitud de ciudadanos que, en su mayoría, lo creían propulsor principal
de las leyes progresistas que Guiteras había propugnado en el gobierno depuesto.

¿Un gobierno de "concentración nacional"?
La administración Caffery-Batista-Mendieta se autotituló "gobierno de concentración nacional". Bajo el patronato de
Caffery y Batista y sus coroneles, el poder lo conformaron dirigentes de la Unión Nacionalista, el fascista ABC, menocalistas, políticos fieles a Miguel Mariano Gómez y algunos intelectuales y tecnócratas derechistas.
"La intromisión del imperialismo, que en 1906 llegó hasta la ocupación militar -afirma Francisco López Segrera-, adquiría ahora, bajo Roosevelt, un tono más sutil". (4) Si el predecesor de Jefferson Caffery, Sumner Welles, se había mostrado ante el pueblo de Cuba como un honesto mediador desinteresado -que a nombre de la "buena vecindad" procuraba encontrarle al drama de la isla una salida democrática e incruenta-, la verdad incontrastable es que en su Agenda Caffery traía dos propósitos, cuidadosamente establecidos mediante las instrucciones que le impartió
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personalmente el Secretario de Estado, Cordell Hull, antes de viajar a La Habana: 1) sostener a Gerardo Machado en el poder, y si esto le resultaba imposible, 2) propiciar un cambio de gobierno capaz de impedir la profundización del impulso revolucionario para consolidar, y ampliar el control norteamericano sobre la economía cubana.
"De este modo, los manejos de Sumner Welles y su sucesor Jefferson Caffery, la conjunción de la vieja oligarquía con los revolucionarios "modernizados" del ABC y la división de las fuerzas populares detuvieron el curso revolucionario, parándolo en seco finalmente con la represión feroz de la huelga de marzo de 1935 en la que Fulgencio Batista se dio su primer baño de sangre". (5)
Caffery, sobre todo, encaminó sus pasos a formar una coalición entre las fuerzas reaccionarias tradicionales y las nuevas que coincidían en la necesidad del derrocamiento del gobierno Grau-Guiteras, contando con Batista y con Mendieta como elementos claves para esta maniobra.


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Grandes crisis políticas, sin embargo, sacudieron cíclicamente el gobierno títere de Mendieta. Las contradicciones entre las organizaciones que se concentraban en su seno las hicieron pelear sin cesar por ensanchar y profundizar su cuota de participación en el poder. Estas luchas motivaron la retirada del partido fascista ABC del gobierno y su paso a la oposición. También, por esa época, el suicidio del influyente dirigente de Unión Nacionalista, Roberto Méndez Peñate, en protesta contra el militarismo, sacudió a la opinión pública cubana. Lo mismo sucedió con la renuncia del Secretario del Trabajo a causa de la política antiobrera de la tiranía. Y se sucedieron incontables y peligrosos enfrentamientos con los menocalistas.
Pero, de hecho, la incoherencia de los tradicionales políticos de la oligarquía nacional, de nuevo en los marcos poderosos del Gobierno, gracias al respaldo del imperialismo y al apoyo militar de Batista, les impidió el ejercicio efectivo del poder.
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Entretanto Caffery, nada perezoso, recordó a sus aliados cubanos cuál era su tarea esencial en La Habana.
Por tanto, bajo la presión del Enviado, el Gobierno que ¿presidió? Mendieta se vio obligado a iniciar el reajuste de los vínculos de la dependencia colonial del país respecto de los Estados Unidos.
Pero el estado de ánimo del pueblo cubano hacia el neocolonialismo y sus máscaras ("y la necesidad que tenían importantes sectores de la economía yanqui de recuperar el lugar que habían perdido en Cuba, en virtud de la crisis económica mundial que comenzó en 1929, de la tarifa Hawley-Smooth y de la crisis azucarera", coinciden varios investigadores) era del pleno conocimiento de los oligarcas y los más altos funcionarios del gobierno de Washington.
En esa coyuntura Estados Unidos y el régimen cubano, mientras se reprimía con mano de hierro a obreros y campesinos, adoptaron un conjunto de medidas en 1934 que incluyó la abolición de la Enmienda Platt, la promulgación de la ley de cuotas azucareras y el Tratado de Reciprocidad Comercial que Cuba y los Estados Unidos negociaron y
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suscribieron ese mismo año. Esto, sin duda, representó, para los analistas de entonces y de hoy, las manifestaciones principales del replanteo de la dependencia neocolonial cubana. Muchas de ellas eran el resultado de planteamientos anteriores fortalecidos por las acciones revolucionarias de 1933.
Respecto a la abolición de la Enmienda Platt y la negociación de las "carboneras" (bases navales) en Cuba, dijo Waldo Frank:
"Franklin Delano Roosevelt canceló la Enmienda Platt, pero retuvo la base naval de Guantánamo. Si se vierte una substancia (sic) blanda en un molde y se endurece, puede quitársele el molde y la substancia (sic) conservará su forma. La Enmienda Platt ya no era necesaria: la dependencia de Cuba de los Estados Unidos era una realidad estructural, que sólo un golpe contra la estructura misma podía destruir." (6)
También en lo referido a la imposición de una base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, episodio en el que Jefferson Caffery representó un papel protagónico, el historiador cubano Emilio Roig de Leuchsenring reflexionó:

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"Natural es que si ayer piratas y bucaneros eligieron esta bahía "como halconera desde donde lanzarse a la caza y en un periquete ocultarse", hoy los modernos piratas y bucaneros del imperialismo yanqui se apoderaran igualmente de tan estratégico lugar de vigilancia y resguardo para mejor apoderar su poderío en la vieja rivalidad existente entre los Estados Unidos y la Gran Bretaña y su predominio político y económico sobre las Antillas y Centro América, así como la defensa del canal de Panamá, y del de Nicaragua, si llegara a construirse.
Es indudable que la firma del nuevo Tratado de Relaciones se realizó con cierta precipitación y en circunstancias realmente singulares (…) Esa impresión la recogieron todos los periódicos de La Habana. Como ejemplo citaremos los comentarios del diario Ahora. "De manera inesperada recibió ayer tarde La Habana la noticia de la derogación de la Enmienda Platt … Se publicó la noticia en los periódicos de la tarde fuertemente destacada en las
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primeras planas, el público la leyó con sorpresa … muchos comentarios, entre los que se deslizaban los de los
extranjeros, más sorprendidos ante la nueva que los cubanos. A las pocas horas de conocida, como que no se advirtió a la multitud en las calles voceando su alegría, los comentarios cayeron sobre este hecho, extrañándose mucho que no hubiera sucedido así. ¿Por qué? ¿Sería, acaso, porque la nueva nos llegó inesperadamente, sin darnos tiempo a que la saludásemos con los ¡hurras¡ de rigor…?
"No estamos en los secretos de la Cancillería americana; -agregó Roig-, pero nos encontramos con dos acontecimientos ocurridos la antevíspera y víspera, precisamente, de la precipitada firma del Tratado, que no podemos dejarlos pasar por alto, porque tal vez nos den la clave de tal precipitación.
Son ellos el atentado que contra el embajador de los Estados Unidos, míster Jefferson Caffery, realizaron desde un automóvil varios desconocidos el día 27 de mayo, a las diez y media de la mañana, en los momentos en que míster Caffery se preparaba a abandonar, como de costumbre, su
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residencia de Alturas de Almendares, haciéndole tres disparos, al cruzar el auto, de los cuales uno alcanzó, ocasionándole al día siguiente la muerte, al soldado Francisco Ortega, que prestaba allí servicio de vigilancia.
Al día siguiente, 28, del atentado al embajador Caffery, al transitar a las doce por la Quinta Avenida del reparto Miramar el auto al servicio del primer secretario de la embajada americana, míster H. Freeman Matthews, de regreso de esta capital, después de haber dejado al referido diplomático en el edificio de la embajada, fue asaltado por varios individuos armados de ametralladoras que viajaban en un auto y dirigiéndose uno de ellos al chauffer le dijo que hiciera saber a míster Matthews que le daba una semana de plazo para que se marchara de Cuba, rompiendo acto seguido de un golpe el parabrisas del auto y desapareciendo velozmente." ( )
Poco después de estos acontecimientos, en 1937, Jefferson Caffery se despidió de La Habana y regresó a Estados Unidos. A partir de ese mismo año, sucesivamente, formó parte de las embajadas de su país en Brasil, Francia y
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Egipto. Durante 43 años ejerció la diplomacia bajo 5 presidentes estadounidenses: Calvin Coodlige, Woodrow Wilson, Franklin Delano Roosevelt, Harry Truman y Dwight Eisenhower. Murió el 13 de abril de 1974 a la edad de 87 años.
NOTAS:

(1) López Segrera, Francisco. Raíces Históricas de la Revolución Cubana. (1868/1959)
(2) Antonio Santana. Entrevista con José A. Tabares del Real. La Habana, 7 de junio de 1972.)
(3) La República Neocolonial (desde 1899 hasta 1940). Instituto de Historia de Cuba. La Habana, 1998.
(4) López Segrera.
(5) López Segrera.
(6) López Segrera. P. 136
(7) Historia de la Enmienda Platt. Emilio Roig de Leuchsenring. La Habana, 1967. pps. 295/296