POR. Lic. Carlos Rafael Diéguez.
Leí de un tirón el libro de Fidel, “El diálogo de civilizaciones”. No imaginé que los imperiodistas se molestaran tanto. Este nuevo libro lo leí en dos horas, con calma. Me quedó un deseo enorme de seguir sumido en el pasar de las páginas, pero se acabaron en el número 94. Este libro es un referente mundial y sirve de sol para iluminar el oscuro porvenir de las generaciones futuras y actuales del planeta. ¡Ojala pueda traducirse a todas las lenguas e idiomas!
En este libro que hizo posible la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado de La Republica de Cuba, Fidel, como siempre con la razón de los pueblos sobre sus hombros, lega a la humanidad un testimonio de cultura y de sabiduría incalculable. El imperio lo sabe, eso molesta. Todo lo que contribuya a quitar la ignorancia de las civilizaciones mortifica “al norte revuelto y brutal”.
Siempre he asumido las enseñanzas del líder de la revolución, se de su premura, pero también de la paciencia frente al enemigo de las civilizaciones.
Mientras el presidente Cubano habla con amor de salvar las especies y manifiesta su sensibilidad hacia los seres humanos “un personaje”(no parece de cuba) publica en el Nuevo Herál , refiriéndose al libro que acaba de publicarse en mi país “Fidel ya no puede ni podrá dialogar con civilización alguna, ni las de fuera ni las de dentro. Jamás conquistará la civilización cubana porque no logró (ni le importó) una organización económica y espiritual cuali y cuantitativamente superior, donde el cubano pudiese obtener un crecimiento social, personal y espiritual, así como una democracia real donde se reconozcan los valores de libertad y democracia”
Es mejor que ante esta calumnia llena de infamia y de odio que lamentablemente se hace eco el HERALD, un periódico prestigioso, le responda con una breve reflexión del propio Fidel en “El diálogo de civilizaciones” que hago copia textual y deja claro el pensamiento cubano del siglo 21.
“Nosotros no vivimos a base de ocultar errores, nosotros vivimos a base de decir verdades, nosotros vivimos a base de ser honestos, nosotros vivimos a base de rectificar incesantemente, nosotros vivimos a base de hacer examen de conciencia de nuestra conducta y de no dormirnos nunca sobre los laureles, y por eso ahora podrá darse la impresión de ave fénix que resucita de sus cenizas. Si, esa es la impresión que van a tener en muchas partes del mundo, de una avecita fénix, una golondrina que resucita de sus cenizas. Esa es cuba volando alto…”
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